Como ya comenté en la anterior entrega del viaje a Japón, durante la estancia en Hiroshima dedicamos un día a visitar la isla de Miyajima. La isla se encuentra a 50km de Hiroshima, pero la conexión es muy buena e incluso si tienes el JR-Pass no tienes que pagar el ticket del ferry que te lleva a la isla, ya que está incluido en el precio del abono. Para llegar, tan sólo tenéis que coger un tren que pare en Miyajimaguchi desde la estación central de Hiroshima (JR line) y cuando os bajéis justo delante de la estación encontrareis el ferry que lleva a la isla, no tiene pérdida!
Itsukushima y el Torii flotante
Una vez pongáis pie en la isla, vereis que está todo bastante preparado para los turistas. Los mismos ciervos drogados de Nara, tiendecitas aquí y allá con artesanía, productos típicos y otras muchas chorradillas y cosas (incluso tienen la pala de arroz más grande del mundo, el O-Shakushi). En fin, que todo esto está por el camino hacia la atracción más importante de la isla, el santuario de Itsukushima. En realidad, la isla tiene el mismo nombre que el santuario: Itsukushima, pero se conoce más como Miyajima (isla santuario).
He mentido diciendo que la atracción más importante es el santuario, cuando en realidad lo más fotografiado y conocido es el enorme Torii flotante que da la bienvenida al santuario y que al estar en el mar, cuando la marea está alta parece que esté flotando (de ahí lo de flotante, aunque no flote) y cuando baja la marea se puede ir caminando hasta él. Es curioso, como va la gente hasta el torii, arremangados para no mojarse o cuando esta “flotando” que pasan con canoas y kayaks, la verdad es que es realmente curioso.
Monte Misen y el Mar Interior de Seto
Pero bueno, aunque sea la principal atracción el templo y su torii flotante no es lo único que se puede hacer en Miyajima, y es que gracias a un teleférico o por caminando por la red de senderos que hay es posible subir a la cima del monte Misen, el punto más alto de la isla a 535 metros sobre el nivel del mar.
Desde lo alto del monte Misen, a parte de disfrutar de la compañía de monos y ciervos se puede tener una bonita panorámica del Mar Interior de Seto que separa las islas de Honshu, Shikoku y Kyushu y que está plagadito de islas pequeñitas como la propia Miyajima, y si el día acompaña podréis disfrutar de unas bonitas vistas.
Como he dicho, para llegar a la cima se puede hacer caminando desde abajo o subiendo en teleférico y completando una pequeña caminada hasta la cima. La verdad es que el bosque por el que transcurren los senderos de la isla es muy bonito y vale la pena pero en Agosto, cuando nosotros visitamos Japón, el calor es insoportable y hacer la ascensión caminando es prácticamente imposible sin morir deshidratado. Por tanto mi recomendación es realizar la subida en teleférico, haciendo la parte final a pie y bajar caminando que se hace de una forma más llevadera y disfrutar de la naturaleza.
Momiji Manju y bye bye Hiroshima
De entre las curiosidades varias que había en las paraditas caza-turistas de camino al santuario que ya comenté, entre Hello Kittys, palas de arroz y abanicos destacaba el Momiji Manju, un dulce o golosina tradicional (Manju) hecho de harina, pasta de arroz y alforfón que en esta región tiene forma de hoja de arce (Momji) y los rellenan de todos los sabores imaginables. Nosotros nos hicimos con alguno relleno de crema de queso y estaba riquísimo, ahí tan blandito!
Disfrutar del Momiji Manju mientras esperábamos el ferry que nos devolvería a Miyajimaguchi fue lo último que hicimos en la estupenda visita a Miyajima. Una vez en tierra firme vuelta a Hiroshima, a volver a llenar las maletas y dar el último paseo por la ciudad y disfrutar del okonomiyaki que al día siguiente teníamos que poner rumbo a Osaka.
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que fotos más rectas, molan!
Está chachi lo de poder cambiar de foto desde cualquier sitio.