Bueno, no sé como fue, pero el sábado pasado me aposté que podía pasar una semana sin probar ni una taza de café y/o té. La cosa es que me lo he tomado en serio y desde hoy mismo estoy intentando pasar 7 días sin probar ni un gramo de estas bebidas.
Yo me pensaba que el primer día iba a ser duro, y bueno la mañana del primer día no ha sido tan dramático como pensaba. Seguramente ha ayudado que no tuviera que madrugar para ir a trabajar, por lo que no he necesitado la taza de café de rigor para empezar a funcionar con lo perezosa que puede ser una jornada de trabajo de un lunes. La cosa ha sido que casi me olvido y he llegado a enceder la cafetera, pero en el último momento he recordado mi apuesta y me hecho un colacao.
El resto de la mañana ha ido bien, ya que me he distraído bastante al haber salido con la mountain bike y no he hechado en falta un buen café con leche a media mañana.
El momento crítico ha sido con el sueño que da después de comer. Normalmente acostumbro a tomar una taza de café solo justo después de comer, pero hoy, al no hacerlo me he quedado frito en el sofá (que ya lo hago muchas veces aun tomando café, maldita sea, mira que llega a ser cómodo un sofá despues de comer, es como si tuviera brazos y te abrazara ahi…)
Total, que al final me he despertado a tiempo y he podido ir a trabajar en mi horario normal. En la oficina, lo peor a sido soportar el olorcito tan rico a café y no poder probarlo, pero lo he podido aguntar con un Nesquick de la Dolce Gusto, y bueno, tampoco ha sido para tanto.
Ahora, a poco rato de irme a dormir, tampoco me noto especialmente cansado, no más de lo normal, por lo que se puede considerar el primer día de una semana sin café todo un éxito! Veremos mañana que tal va, teniendo que madrugar para ir a trabajar!