Aunque ya conocía este chocolate de mis anteriores visitas a Noruega, el hecho de pasar 4 meses aquí ha hecho que me convierta en algo parecido a un “adicto” a este chocolate. No es que me coma 5 tabletas al dia, pero siempre tengo que tener una en casa, y es una de las cosas que nunca faltan en mi mochila.
Quizá digan que el mejor chocolate es el suizo, o el belga, pero este no tiene nada que envidiarle, una delicia dulce casi empalagosa que no dudaré en llevar de vuelta a casa en la cantidad que pueda. Et lite stykke Norge, un pequeño trozo de Noruega, que me acompañará hasta Terrassa para hacerme recordar, mientras dure, el buen tiempo que he pasado aquí.