Durante mucho tiempo anduve buscando por ebay y tiendas de segunda mano una cámara reflex de carrete de 35mm (las de toda la vida) de la que me habia enamorado: la Minolta SRT-101, hasta que por fin, hace unos meses conseguí ganar la puja por una y al cabo de unos días la “nueva” cámara llegó a mis manos:
Cámara “nueva” #Minolta SRT-101 instagr.am/p/LA0uZhoSdx/
— Jose L. Hernandez (@josehg) May 24, 2012
En fin, que en cuanto pude, me hice con un carrete Kodak Gold 200 y me puse a disparar. La verdad es que después de casi media vida con cámaras digitales con modos automáticos a tutiplén era toda una experiencia estar ahi un buen ratito seleccionando la exposición, la apertura, enfocando el sujeto… fotografía clásica!. Y hace unos días por fin acabé con ese carrete de 36 fotos, ya solo quedaba llevarlo a que lo revelaran y esperar… esto con las camaras digitales ya se ha perdido: la emoción de la espera, de la incertidumbre…
Primer carrete done! Emoción! 😉 instagr.am/p/NG9AfSISZq/
— Jose L. Hernandez (@josehg) July 15, 2012
Pero al cabo de unos días (ya no se hacen revelados en una hora :P), ya tenía las fotos en mis manos, y el resultado pues 50/50, la verdad es que se nota que no le he pillado el truco al enfoque, muchas fotos salían desenfocadas y en algunas se ven como motitas de polvo por lo que seguramente habrá que limpiar la cámara…
Pero en general estoy muy contento, las fotos tienen un toque antiguo muy chulo, y los colores, el “granito” y esas pequeñas imperfecciones como cuando no se ha acabado de pasar bien la película que hacen que estas fotos sean tan entrañables.
A partir de ahora, probar otro carrete de otra marca, intentar sacar las fotos enfocadas y seguir fotografiando!
Aquí os dejo una muestra de las que más me han gustado: