En Abril de 2010 hice uno de esos viajes que llevaba deseando desde que prácticamente tenia conocimiento y más aun despues de ver películas como Braveheart o Los Inmortales. Se trata de Escocia.

Como muchos sabréis, Escocia es un país que forma parte del Reino Unido y que se situa en la parte norte de la isla de Gran Bretaña. Como he dicho aprovechando las vacaciones de Semana Sana volamos a la ciudad de Glasgow, debido a que via Ryanair el vuelo desde Girona no salía más barato y el alojamiento también, comparando con la capital Edinburgh. El vuelo en concreto llegaba al aeropuerto de Glasgow Prestwick, situado a 50km de la ciudad y la verdad es que está super bien conectado, tiene su propia estación y mostrando la tarjeta de embarque te hacen un descuento del 50% llegando a Glasgow Central en 45 min.

En cuanto al alojamiento, un albergue prácticamente en el centro de la ciudad nos costó sobre los 15 euros la noche. El lugar se llamaba Bluesky Hostel y a pesar que las habitaciones era un poco pequeñas y espartanas, el precio, la localización y sobre todo el ambientillo de gente joven mochilera, amable y divertida que había compensaba más que cualquier otro hotel por muchas estrellas que tuviese.

La idea que teníamos para el viaje era, a parte de visitar Glasgow que iba a ser nuestro centro de operaciones, acercarnos a Edinburgh, Stirling y además hacer un road trip por las Highlands, conduciendo hasta Portree y recoriendo toda la Isla de Skye. Para ello utilizamos 6 días y necesitamos de un coche que alquilamos, para poder hacer el transporte más rapido y montar la ruta a nuestra medida.

Empezaré por explicar un poco qué visitamos en Glasgow, que a pesar de no ser la capital es la ciudad más grande y más poblada de Escocia. La verdad es que la ciudad me dio la impresión de ser bastante moderna, pero no por ello exenta de historia. La ciudad se fundó en el siglo XII pero ya desde la época de los romanos había constituido un asentamiento permanente.

Aunque en un principio de la impresión de ser una ciudad gris y aburrida, la verdad es que es muy animada, y goza de una gran vida nocturna de una “scene” musical y cultural muy importante.

Los amantes del arte pueden disfrutar de sus numerosos museos como el Museo Kelvingrove, la GoMA (Galería de Arte Moderno) y la Burrell Collection, y más teniendo en cuenta que la entrada es gratuita.

También se puede encontrar un gran número de teatros y salas de concierto y por la noche son muchos los pubs que ofrecen música en directo, para regocijo de los amantes de la música como yo, además de mucha fiesta y es que los escoceses y escocesas saben bien como pasárselo en grande.

El centro de la ciudad, con Buchanan Street como eje ofrece cantidad de mercadillos, tiendas, cafés, restaurantes y bares en sus calles por dónde pasear y pasar un buen rato. Incluso de vez en cuando puedes disfrutar de espectáculos de música escocesa, con sus típicas gaitas. No hay que perderse la Catedral de Glasgow y su impresionante necrópolis, la Glasgow-City Chambers, un impresionante edificio situado en George Square y el Clyde Auditorium conocido generalmente como Armadillo por su forma. Cerca del Clyde Auditorium se encuentra el Glasgow Science Center que incluye museos especialmente para niños, cine IMAX y una gran torre desde seguramente habrán unas grandes vistas de la ciudad.

Otros lugares que vale la pena visitar es la Glasgow University y la Biblioteca Mitchell , pasear por las calles de Argyle y Sauchiehall Street, principales ejes comerciales de la ciudad o darse una vuelta por el parque de Glasgow Green.

En el tema de la comida, los escoceses no es que sean muy conocidos por su gastronomía, pero una cosa que sí que nos llamó la atención fue el Scooby Snack, del que ya hablé en mi ránking de hamburguesas, así que para describirlo me cito a mi mismo: “Una bomba calórica que lleva hamburguesa, bacon, queso, salchicha, una especie de torta de patata y huevo, todo metido en un bollo por unos 4 o 5 euros”. Lo suelen vender en puestos callejeros y es ideal para recuperar energías después de un largo día de turismo y fiesta, vamos como los churros con chocolate aqui.

El tema de la vida nocturna ya os he comentado que es muy animada, si salís por la noche por las calles de Sauchiehall Street y Bath Street, ya veréis que hay cantidad de pubs y discotecas donde pasar un buen rato con los simpáticos escoceses. Algunos sitios que os puedo recomendar de los que fuimos son The Garage y O’Couture, ambos en Sauchiehall St. y que no decepcionarán a los más fiesteros.

ALREDEDORES DE GLASGOW

Muy cerca de Glasgow hay un sitio que si se tiene tiempo vale mucho la pena escaparse un día y no hay que perderse: el Loch Lomond. Se trata de uno de los lagos mas grandes de la isla de Gran Bretaña y al estar rodeado de montañas que aunque no sean muy altas no es muy raro verlas nevadas, todo en conjunto forma un paisaje espectacular, ideal para dar algún paseo si el tiempo acompaña.

Además, en la zona del lago más cercana a Glasgow, podemos encontrar el castillo de Balloch, que añade un atractivo más a un entorno privilegiado. Otro lugar un poco más alejado y escondido son las cascadas de Falloch que están un poco más al norte de Loch Lomond, siguiendo la carretera en dirección a Crianlarich. La cascada es pequeña, pero el lugar es muy bonito si pasáis cerca vale la pena parar un ratito.

En las próximas entregas, os explicaré la visita a Edimburgh, Stirling y el castillo de Doune y el road trip por las Highlands.